7.1.06

Mensaje de Año Nuevo Pte Ikeda 2006:

EXTENDER EN TODO EL MUNDO EL CAMINO SOKA DE TRIUNFO HUMANO

¡Les deseo a todos un "Año de los jóvenes y del crecimiento dinámico" lleno de esperanza y de profundo significado!
Hoy, en el firmamento de nuestro siglo de la Soka titilan las luminosas constelaciones de nuestra organización en 190 países y territorios, que envuelven el mundo con la luz del humanismo, dedicadas a promover la paz, la cultura y la educación. Sinceramente les agradezco a todos, mis nobles y preciados camaradas, pues ustedes han sido la fuerza motriz que hizo posible este desarrollo colosal, sin precedentes en la historia del budismo.
El respetado economista norteamericano John Kenneth Galbraith, conocido por su sagacidad y su lúcida perspectiva, afirma que el fortalecimiento de la ciudadanía y del pueblo encierra la clave para transformar el rumbo de la historia [1]. Comparto la misma opinión. En diversos lugares del mundo, nuestros miembros están llevando a cabo actividades en beneficio de sus semejantes, con entusiasmo y energía. Su labor permitió reconocer y redescubrir el inmenso potencial de las personas anónimas; ellos están inyectando vitalidad y esperanza en el sitio donde viven y uniendo a las personas mediante lazos de confianza y de amistad. El movimiento de la SGI es una gran fuerza para impulsar la sociedad en una nueva dirección pacífica; cada vez más personas en todo el mundo están celebrando y aplaudiendo nuestras iniciativas.
El filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900) observa: "Los grandes acontecimientos no son nuestras horas más ruidosas sino las más silenciosas. El mundo no gravita alrededor de los inventores de nuevos estruendos, sino alrededor de los inventores de nuevos valores..." [2]. Hoy, la humanidad necesita, sinceramente, un conjunto de nuevos valores universales, que le permitan salir del atolladero perverso que la detiene en muchos frentes.
Nichiren Daishonin escribe: "Las hambrunas se producen a raíz de la codicia; las pestes son producto de la estupidez, y la guerra es resultado de la furia" [3]. La causa a la cual se remontan todos los sufrimientos y conflictos de nuestro mundo yace en una distorsión fundamental que opera en lo más hondo de la vida humana. En consecuencia, la única forma de avanzar es cambiar el corazón y la mente de cada persona. Aunque parezca un camino largo y lejano, es la única vía esencial hacia la paz genuina y duradera.
En tal sentido, el budismo, una enseñanza fundada en la igualdad, el amor compasivo y el respeto a la dignidad de la vida, brinda un confiable tesoro de recursos y valores como los que hoy necesita imperiosamente la humanidad.
En este mundo atribulado, donde las peleas y los choques cunden sin freno, los miembros de la SGI están trabajando activamente para crear valor en los campos de la paz, la cultura y la educación. ¿En qué otro lado uno hallará una organización de tal diversidad humana, cuyos miembros trabajen unidos y armoniosamente, trascendiendo las diferencias de nacionalidad, etnia y cultura? ¿Dónde más encontraremos un cónclave de personas sinceras, que oren unidas con tanta seriedad y fervor por la paz y la felicidad de los hombres, y que ejerciten el diálogo en pos de esas metas con tanta energía y asiduidad?
El Daishonin escribe: "Si a usted le importa su seguridad personal, debería ante todo orar por el orden y la tranquilidad en los cuatro sectores del territorio, ¿no lo cree así?" [4]. Esta actitud de esforzarse en bien de la paz, estableciendo con firmeza los ideales y principios humanísticos que expone el budismo -el espíritu del rissho ankoku- encarna la filosofía universal y empírica de los verdaderos ciudadanos del mundo, aplicable a toda la humanidad. La ciudadanía mundial no es algo que exista lejos de nuestra realidad inmediata y cotidiana, o separado de la tierra en que vivimos.
El gran filósofo Emmanuel Kant (1724-1804) vivió prácticamente toda su vida sin salir del pequeño pueblo de Königsberg, en Prusia Oriental, donde nació y se educó. Sin embargo, desde ese diminuto microcosmos de su amado pueblo natal, proyectó su gigantesca odisea intelectual, abrió de par en par las alas de su pensamiento y surcó sin límites el macrocosmos del mundo y del universo infinito. Y dio a luz un sistema de pensamiento filosófico sin parangón.
El presidente y fundador de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi (1871-1944) fue un firme propulsor de este enfoque global, asentado en la comunidad circundante. El lugar donde estamos en este preciso momento es el escenario de nuestras actividades como ciudadanos del mundo. Los buenos ciudadanos que contribuyen con su vecindario local son, al mismo tiempo, buenos ciudadanos de la comunidad global. Orar y trabajar por el bienestar y la dicha de las personas que nos rodean en nuestro entorno inmediato está directamente relacionado con la felicidad de todo el género humano.
El Daishonin escribe: "En ese momento, invariablemente aparecen los tres obstáculos y los cuatro demonios; pero cuando esto sucede, los sabios se regocijan, mientras que los necios se echan atrás" [5]. En todas las épocas, los movimientos humanísticos que marcaron una huella en la historia tuvieron que padecer oposición a causa de la envidia.
El filósofo francés Blas Pascal (1623-1662), quien luchó intrépidamente contra los ataques maliciosos y las críticas, escribió: "Tediosa y extraña es la guerra cuando la violencia intenta sofocar la verdad. Ni todo el afán de la violencia consigue debilitar la verdad; tan sólo logra darle renovado vigor" [6]. Otro célebre filósofo francés, Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), quien libró una contienda semejante, escribió que los difamadores sólo consiguen engañar a los que desean ser embaucados [7]. Nada puede eclipsar la verdad; pero nosotros debemos ocuparnos de que la verdad siempre prevalezca.
Con la "estrategia del Sutra del loto" [8], podemos triunfar sobre cualquier obstáculo. En especial, les pido a los miembros de la División de Jóvenes, sucesores de nuestro movimiento, que vivan con espíritu de desafío, que no arredren ante ninguna adversidad y que sigan desplegando siempre su potencial inmenso. También quiero que cada uno de ustedes sea un triunfador, valorado en su comunidad y en su lugar de trabajo, a medida que ponga en juego su sabiduría y su humanismo, y que brille dando lo mejor de sí cada jornada.
¡Hagamos que, en este "Año de los jóvenes y del crecimiento dinámico", cada uno de nosotros zarpe con espíritu vibrante y juvenil, rebosante de esperanza y de energía, dispuesto a dar grandes pasos adelante en la vida personal y en el kosen-rufu!
Estoy orando con alma y vida para que todos ustedes, miembros de la familia de la SGI y preciados tesoros de la humanidad, gocen de buena salud y de infinita buena fortuna, y para que vivan una existencia de profunda victoria y satisfacción.
Daisaku Ikeda
Presidente de la Soka Gakkai Internacional
En el día de Año Nuevo del 2006.

NOTAS:
[1] GALBRAITH, John Kenneth y Daisaku IKEDA: Ningen-shugi no Daiseiki o-Waga Jinsei o Kazare (Hacia un gran siglo de humanismo), Tokio: Ushio Shuppansha, 2005, págs. 35-36. (Diálogo entre el doctor Galbraith y el presidente Ikeda, aún no publicado en inglés.) [2] NIETZSCHE, Friedrich: "Así hablaba Zaratustra", en Obras inmortales, Ed. EDAF, Madrid, 1979, pág. 90.
[3] The Writings of Nichiren Daishonin (WND), pág. 989.
[4] WND, pág. 24.
[5] WND, pág. 637.
[6] PASCAL, Blas: The Provincial Letters (Cartas provinciales), en The Provincial Letters, Pensées, Scientific Treatises (Cartas provinciales, pensamientos y tratados científicos), Chicago, Encyclopaedia Britannica, Inc., 1971, pág. 98.
[7] ROUSSEAU, Jean-Jacques: "Book 12" (Libro 12), en Confessions (Confesiones), trad. al inglés por Angela Scholar, edit. por Patrick Coleman, Nueva York, Editorial de la Universidad de Oxford, 2000, pág. 626.
[8] WND, pág. 1001.